En el campo piden al Gobierno dar marcha atrás con la nueva intervención en trigo y maíz

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Para las entidades del sector, con el sistema de “volúmenes de equilibrio”, que la exportación no podrá superar, se “deprime el mercado”; los exportadores dicen que van a operar “sobre la base de la resolución vigente”.

Luego que se conociera la decisión del Gobierno de crear un sistema para controlar las exportaciones de trigo y maíz para asegurar el abastecimiento interno de esos dos productos, a los que el ministro de Agricultura Julián Domínguez llamó “bienes culturales”, para el campo la medida se trata lisa y claramente de otra intervención que deprime el mercado. En este sentido, el sector, si bien por ahora no tiene en el horizonte una medida de fuerza, pidió su marcha atrás. Al cierre de esta edición, la Mesa de Enlace no había consensuado un comunicado que refleja las diversas opiniones, con lo cual las organizaciones expresaron su posición por separado.

En diálogo con LA NACION, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), dijo: “(Estas) medidas intervencionistas deprimen el mercado y hacen que perdamos precio los productores”.

“Esto es como jugar al truco con la cartas marcadas, donde la cuotificación genera una sobreoferta artificial en el mercado que trae incertidumbre a la hora de vender y tranquilidad a la hora de comprar. Desde la Sociedad Rural hicimos público estas irregularidades que hoy se formalizan mediante una resolución”, señaló.

Para Horacio Salaverri, presidente de Carbap, se está volviendo al “viejo y fracasado sistema de cupos”.

“Claramente se vuelve a garantizar a determinados sectores que puedan comprarle al productor al precio que quieran ya que no va a haber puja dentro del mercado porque, por un lado, los cupos están dados y, por otro lado, se garantiza que en la compraventa interna no se puede exceder determinado volumen. Es lisa y claramente otra intervención del mercado”, enfatizó.

Según la resolución 276 publicada esta semana en el Boletín Oficial, la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios de esa cartera “publicará los volúmenes de equilibrio para cumplimentar la demanda del mercado argentino correspondientes a los productos de origen agrícola comprendidos dentro del régimen creado por la Ley N° 21.453 (norma que creó las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior -DJVE-…).

La normativa señala que serán unas 12,5 millones de toneladas para el ciclo 2021/2022 de trigo. En tanto, para el maíz se determinó que hasta tanto se sepa el volumen a cosechar, el volumen de equilibrio 2021/2022 es de 25 millones de toneladas. Por otra parte, pensando en el trigo 2022/23 ya se puso un primer número de 2 millones de toneladas.

Salaverri añadió que la normativa publicada no es otra cosa que la vuelta a los cupos. “Falta saber cómo se van a anotar las toneladas que faltan, quien las va a tener y cómo se van a repartir, hay una cantidad de incógnitas que las hemos visto anteriormente y ya sabemos cómo se han dado y repartido todo”, indicó.

Con este panorama, el titular de Carbap dijo que hay ganadores, que son los compradores y perdedores, que son los productores. “El productor vuelve a estar en la lista de los perdedores cuando se le sacó transparencia y se le saca puja al mercado”, señaló.

En este contexto, fue determinante. “Rechazamos totalmente estas medidas y manifestamos que en nada ayuda al productor y a los caminos de entendimiento que en un principio se estaban buscando”, indicó.

En tanto, Pino pidió al Gobierno que retrotraiga la medida y deje las regulaciones: ”Lo reclamamos para la carne y también para los granos”, afirmó.

La mirada de los exportadores

Para Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), la normativa refleja lo que habían escrito las mesas intersectoriales de maíz y trigo, donde están las entidades de los productores y las bolsas de cereales.

“Reflejan esos números. Nosotros, los exportadores, vamos a operar sobre la base de la resolución vigente, más allá que nos gustaría que no existan ningún tipo de resolución” afirmó.

Para el titular de Ciara-CEC, su sector considera que esta campaña de trigo está siendo “muy exitosa”, donde hay una proyección de cosecha de 22 millones de toneladas. “Por lo tanto, si seguimos los mismos criterios, la exportación podría estar comercializando 14 millones de toneladas. Así que seguramente pediremos que próximamente reactivemos la mesa intersectorial de trigo para trabajar sobre esos volúmenes”, sostuvo.

Lo que dijo CRA

En tanto, en un comunicado, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) dijo: “No se fomenta la producción del país poniendo limites que distorsionan su crecimiento. El efecto de medidas de estas características se comprueba mirando solo la historia reciente; cuando a partir de un paquete de normativas de iguales características, se produjo una fenomenal transferencia de recursos de los eslabones productivos primarios, hacia otros eslabones de las cadenas. Como resultado se vio la mayor caída en la intensión de siembra en la historia, retrotrayendo la producción nacional a índices cercanos a los de hace 100 años [en trigo]”.

“La respuesta será de manual, y es que frente a mecanismos poco transparentes lo que se genera es una alta dosis de incertidumbre que dispara expectativas negativas; rearticulando planteos productivos y ampliando los márgenes de seguridad en pos de evitar esas incertidumbres. Y claro está disminuyendo la productividad en su conjunto”, agregó CRA.

Más críticas de la Rural

Como se mencionó, la resolución anunciada crea, además, un Consejo Consultivo al cual se le dará participación al sector. Ante esto y la medida oficial, Pino indicó: “Decidiremos si vamos a participar”.

Para la Rural, “las intervenciones basadas en un arbitrario saldo exportable fijado por el Gobierno generan una sobreoferta artificial deprimiendo las cotizaciones y dificultando la comercialización de los productos, además de proyectar una caída en la productividad nacional”.

En tanto, Pino apuntó: “Desde nuestra entidad hace meses que venimos denunciando que las autorregulaciones formales o informales, como así también un registro de exportaciones sin operatoria, o esta cuotificación para el trigo y el maíz, dañan al país y nos hacen mal a todos”.

La Rural remarcó que “cuando se distorsiona la puja natural por parte de los compradores para la exportación y el consumo interno, generan ineficiencias económicas que dan espacio a transferencias de ingresos entre distintos eslabones de la cadena”.

La posición en Coninagro

Ante una consulta, Elbio Laucirica, vicepresidente de Coninagro, señaló que “las recientes medidas respecto al mercado granario ameritan reflexionar sobre las mismas en un contexto complejo para el sector y para la sociedad argentina”.

“Desde Coninagro sostenemos la importancia del libre acceso a los mercados, la no intervención de los mismos, y en la necesidad de generar previsibilidad y confianza en la gente. Ratificamos que la mejor forma que tiene el productor agropecuario de contribuir a mejorar la situación general del país es con mayor y mejor producción sustentable. Para ello, nada mejor que la libertad de producción, de comercialización y acceso a los mercados”, dijo.

Según señaló, “esta mayor y mejor producción es clave para generar más divisas que ingresan al país, cómo así también más trabajo y empleos”. Añadió: “Lo hemos hecho en la emergencia de la pandemia y lo seguiremos haciendo”.

“Las recientes restricciones son comprensibles solamente para superar exitosamente un cuadro de ajustada oferta para el mercado doméstico y demanda potencial de exportación, y sólo como extraordinarias y temporarias y ante la emergencia. Y sólo para superar la coyuntura, haciendo esfuerzos compartidos en pos del bienestar general, y contando con la participación y el acuerdo de todos los sectores, en mesas intersectoriales que convoque el Ministerio de Agricultura”, remarcó Laucirica.

“Entendemos las mismas, pero reiteramos nuestro compromiso y convicción con el libre acceso a los mercados, la no intervención de los mismos, y la toma de decisiones en un marco de libertad y concordia”, concluyó.

Por: Mariana Reinke (La Nación)